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Psicoanálisis Integral
Norberto R. Keppe
Extracto del Libro La Medicina del Alma
De todos los representantes de la Psicología Profunda, Freud, evidentemente fue quien fijo las bases principales, permanece como su creador y hasta ahora el más exacto investigador de la vida psíquica. Sin embargo él permaneció encasillado en el campo de los instintos. Además un hecho que se observa frecuentemente entre las personas psicoanalizadas por los freudianos ortodoxos, es una gran insatisfacción existencial, como si no hubiesen encontrado su verdadero ideal.
Hace pocos días hablando con una señora psicoanalizada en Viena, nos comento que después de terminado su tratamiento, se sentía un tanto frustrada por el hecho de no haber resuelto absolutamente todos sus problemas en cuanto a su manera de vivir y de pensar. “Tengo la impresión- decía- que después de algún tiempo de psicoanálisis la gente espera algo mas. NO que el haga todo sino que comprenda mejor todos nuestros anhelos que en su mayoría escapa completamente a sus explicaciones”.
De hecho, Freud dio el primer y gran paso para la comprensión de la psique humana y no podría por el mismo proceso natural de desarrollo científico aportar los elementos completos de una nueva rama de estudio. Después de él surgieron otros autores, que buscaron ampliar ese campo de conocimiento y conservando la misma base freudiana, obtuvieron nuevos hallazgos. Muchos rechazaron algunos puntos como el Complejo de Edipo, la sexualidad infantil, la base sexual de las neurosis, el complejo de castración y la envidia del pene, pero, presentaron elementos útiles para su progreso.
Carlos Gustavo Jung descubrió la existencia de un inconsciente común a todos los hombres, al cual denomino colectivo: Ciertos temores universales, algunas ideas y conceptos siempre existirán y permanecerán en la mente de la humanidad. Además, Szondi, un psiquiatra húngaro, estudio la posibilidad de la transmisión familiar del mismo tipo de inconsciente, llegando a la elaboración de un test de personalidad, notable por su exactitud.
Pero, los autores de la Psicología Profunda intentaron explicar todo el mecanismo del comportamiento a través de los elementos fijados en el inconsciente, con excepción de los analistas existenciales que se limitan más al campo de la vida consciente.
En nuestros trabajos psicoanalíticos, intentamos comprender al ser humano por un mecanismo más dinámico y actuante, que denominamos, transconsciente, o sea la consciencia de la transcendencia. Por el análisis de los neuróticos, fuimos observando que en la medida en que sus problemas emocionales son corregidos, ellos buscan respuestas a ciertos deseos de carácter espiritual: ”¿Qué es la muerte?, ¿Quién creó el mundo?, ¿Qué hace el hombre aquí?, ¿Existe vida después de la muerte? El mismo maestro de la psicología del inconsciente dedico los últimos años de su existencia a este asunto. Publico en 1927 El futuro de una Ilusión, después Una Neurosis Demoniaca en el siglo XVIII, Una Experiencia Religiosa y estaba escribiendo un trabajo sobre Moisés, cuando falleció.
El camino seguido por él, en su psicología, es el recorrido por todas las personas que hacen psicoanálisis y por la misma ciencia. En Europa, la creación de varias escuelas de Análisis Existencial, últimamente, es justamente debido al traslado parcial de la problemática del instinto al espíritu. Probablemente con la divulgación de los descubrimientos freudianos y con los millares de personas psicoanalizadas en el mundo entero, los casos más típicos de histeria están siendo relativamente raros. Y no seria de admirarse que un día se llegara a su extinción, después de haber constituido la base de los conocimientos del inconsciente.
Otro hecho que se nota con mucha claridad, es el deseo que el hombre tiene de una explicación científica sobre los motivos de su propia conducta, abandonando los tradicionales. Por ejemplo: el vicio es actualmente analizado según ciertos componentes patológicos de la personalidad y los mismos sacerdotes, pastores y religiosos informados están encontrando mayor comprensión de los individuos que permanecen indefinidamente enredados en sus “pecados”. Además, es a través de los hechos inconscientes que encontramos una mejor explicación de los actos de brujería y castigos que llegaron a la Inquisición en la Edad Media. Como nuestros lectores podrán notar, buscamos a través del Psicoanálisis Moderno completar el esquema freudiano de los instintos, con otro espiritual.
En realidad, examinándose el componente neurótico de la personalidad, vamos a encontrar dos elementos principales: uno relacionado estrechamente con el sexo y otro con la religión.
El primero es formado hasta los 5 años de edad a través de varias fases: dos orales dos anales y una fase fálica, con el Complejo de Edipo. Todo el psicoanálisis freudiano está basado en la resolución de los conflictos surgidos en ese periodo. Sin embargo de los 6 a los 10 años de edad, surge una fase muy importante en el destino de la persona, la de la intelectualización o espiritualización, pues es en esa época que nuestra mente va a crear su propia forma de encarar el mundo, su Weltaunchauung (”visión del mundo”, “concepción del mundo”, “manera de considerar las cosas”) como lo dice muy bien la lengua alemana. Es claro que con base en la edad anterior, es muy importante. En ese periodo se va a formar el transconciente: la idea del creador, el comportamiento religioso, el deseo de saber lo que viene después de la muerte, etc. podríamos llamar a este hecho El Complejo Divino.
Esa época es la responsable del modo como la persona va a juzgar los hechos espirituales su vida entera. El periodo de latencia de los instintos es necesario para que haya un crecimiento de los intereses espirituales. Es evidente que existe fuerte represión también en el inconsciente de los hechos de esa época. Los sentimientos de culpa del súper ego van a buscar resolver sus conflictos por el nuevo camino descubierto, de la trascendencia y el individuo va a intentar resolver sus problemas, por la aceptación o no de la realidad espiritual. Gran parte de su equilibrio posterior, va a depender de su integración a esa realidad. Y la formación de ese Complejo de lo Divino esta relacionada al del Complejo de Edipo, de la proyección en la mente del niño, de las propias ideas del padre o de la madre.
